La noche del lunes, el huracán
Sandy azotó Nueva York y literalmente cortó en dos la famosa isla de los
rascacielos.
Al sur del corazón de la Gran
Manzana, miles de torres y edificios residenciales quedaron en total oscuridad.
Los barrios elegantes están paralizados, comercios, bares y restaurantes lucen
más desiertos que nunca.
Al parecer, la madrugada del
martes, el puente Williamsburg, visto desde Brooklyn estaba iluminado justo
hasta la mitad, mientras el sur, incluidas las torres en construcción del World
Trade Center, se encontraban fantasmagóricamente a oscuras.
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