La adolescencia es una etapa
crucial para cualquier persona, ya que es cuando se comienza a desarrollar la
identidad personal. Ser adolescente no es fácil y definitivamente, un
diagnóstico de cáncer complica las cosas.
Se supone que en esta etapa, se
comienza a vivir un poco la independencia, a tomar decisiones por uno mismo y
el mundo comienza a verse diferente, sin embargo, un paciente oncológico pierde
intimidad y se ve obligado a depender de sus padres y de los médicos.
En especial, la caída del cabello
resulta traumática, pues a esta edad la apariencia toma más importancia y
suelen sentirse avergonzados, al punto de no querer salir o relacionarse con
nadie.
Insisto en la importancia del
apoyo que recibe el paciente y el trato cotidiano, pues de esto depende que no
tenga secuelas psicológicas negativas de esta experiencia.
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